Religiosidad

El unitarismo de la atmósfera familiar

La religiosidad estuvo presente en toda la vida de Chesterton. Sus padres seguían la Iglesia Unitaria aunque no asistían regularmente a los actos religiosos. Bautizaron Gilbert en esta creencia en St George’s Church. En una atmósfera familiar basada en el respeto y la libertad, nunca obligaron a los hijos a asistir a la iglesia. Los Chesterton acudían a la Bedford Chapel para escuchar los sermones del predicador Stopford Brooke, un unitario crítico y rebelde.

Crisis existencial y religiosa

La influencia de las prédicas del reverendo Brooke alejaron a Gilbert de la Iglesia Unitaria. Pasó por un periodo de agnosticismo pero incluso en esta etapa agnóstica escribía poemas religiosos al Dios desconocido, a María y a San Francisco de Asís, que fueron publicados en la revista Debater del Junior Debating Club. El final de las actividades de este club juvenil, la dispersión de sus miembros y la atmósfera escéptica y decadente de la Slade School of Fine Art lo llevaron a vivir una crisis existencial. En el año 1900 conoce al historiador católico Hilaire Belloc que se convertirá en un gran amigo. En el aspecto religioso, el matrimonio con Frances Blogg y la amistad con el clérigo Conrad Noel lo acercaron al anglocatolicismo.

Anglo-católico y la Christian Social Union

Conocer a Frances Blogg, anglocatólica practicante y muy activa en la parroquia St. Michael & All Angels del barrio a Bedford Park, su compromiso y la amistad con el clérigo Conrad Noel lo acercaron al anglocatolicismo. Después de vivir una etapa agnóstica, este sacerdote anglocatólico le transmitió una visión seria y consistente de la religión. Acudía con su hermano Cecil a las reuniones que organizaba Noel en la parroquia St. Mary en Paddington Green Church. Durante este periodo colaboró intensamente en las actividades de la Christian Social Union. En 1904 participó en el Liverpool Church Congress.

Conversión a la Iglesia Católica

Cuando en 1904 publicó The Napoleon of Notting Hill, recibió una carta elogiando la novela. La escribía John O’Connor, un cura católico de la parroquia St Anne’s Catholic Church, en Keighley. Cuando se conocieron, paseando por los páramos de Ilkley, se inició una amistad que sería determinante en su conversión. El acercamiento a Roma fue lento y dilatado en el tiempo. En el año 1911 publicó The Innocence of Father Brown, el primer volumen de la serie, cuyo protagonista es un cura católico detective inspirado en su amigo O’Connor. La influencia de los amigos Belloc y Baring, y la de los sacerdotes Ronald Knox, Vincent MacNabb, Ignatius Rice y O’Connor ayudaron a Gilbert a dar el paso definitivo en 1922. Desde aquel momento su obra periodística y literaria se centró en la defensa de la fe católica. Publicó dos estudios biográficos, St. Francis of Assisi (1923) y St. Thomas Aquinas: The Dumb Ox (1933). En 1932 asistió al Congreso Eucarístico de Dublín. El Vaticano lo nombró Caballero Comendador con Estrella de la Orden de San Gregorio Magno. Al morir, en 1936, se celebró un funeral en la Westminster Cathedral de Londres.